Resumen:
Las prácticas en el Profesorado constituyen un momento muy ansiado por los estudiantes, pero también provocan emociones desestabilizantes. Es el ámbito en el que afloran muchas representaciones, generalmente compartidas por los estudiantes, sobre qué es ser un buen docente, sobre el ideal de una clase y hasta un ideal de alumnos. Estas representaciones suelen ser un obstáculo para el inicio de las prácticas y con frecuencia este espacio se vuelve ansiógeno. El ideal supuesto por los practicantes está muy por encima de lo posible y es necesario derribar ese ideal para poder iniciar el recorrido. En los últimos años, hay una ausencia cada vez más importante de profesores de francés para cubrir distintos cargos en todos los niveles de enseñanza, al menos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Movidas por esta ausencia, las instituciones asociadas donde habitualmente los residentes hacen sus prácticas empezaron a pedir –a veces, con cierta desesperación– que los estudiantes ocupen esos cargos vacantes. Este escenario de urgencia no pareciera ser el ideal para iniciar las prácticas. Sin embargo, si bien esto representa un desafío para los practicantes, también les genera entusiasmo al llevarlos a realizar una tarea auténtica que termina contrarrestando los miedos típicos de una práctica. En otras palabras, hay un problema y con su acción pueden resolverlo solidariamente, además de realizar la residencia requerida por la formación, que termina siendo un objetivo secundario. A partir de la teoría de las representaciones sociales de la psicología social, particularmente desde la perspectiva de Moscovici y Jodelet (1988), trabajaremos con las reflexiones de cuatro practicantes que se animaron a enfrentar este desafío y a realizar sus prácticas en un contexto poco convencional. Veremos cómo esta experiencia tan peculiar genera un impacto en su formación como docentes.